El solsticio, el acebo y el muérdago

Este miércoles 21 de diciembre, a las 22:47 h, en el hemisferio norte empieza el invierno. Este día se conoce como solsticio y es el día más corto del año, con 9 h y 17 minutos. Motivo de celebración desde tiempos ancestrales, tiene asociado dos plantas muy conocidas, una de frutos blancos, el muérdago y otra de frutos rojos, el acebo. ¿Quieres saber un poco más de ellas?

Comencemos con el muérdago…

El muérdago (Viscum album) es una planta parásita que crece en los árboles, como el manzano, el pino o el álamo. Su fruto es blanco y viscoso, es transportado en las patas de algunos pájaros, como los mirlos o los tordos. Estos al posarse en las ramas dejan ir las semillas que transportan enganchadas en las patas. La semilla germinará, succionando nutrientes del árbol y haciendo simultáneamente la fotosíntesis. Asociada a la magia de los bosques y a los druidas celtas. La podemos encontrar en todo su esplendor en el solsticio de invierno y hay varias tradiciones en torno a esta planta. Una de ellas es el ramito de la buena suerte, el cual hay que colgarlo en la puerta de casa y quemarlo el 13 de diciembre del año siguiente. Otra dice que si una pareja se besa debajo de esta planta, tendrá suerte y felicidad siempre. Curioso que esta planta parásita se asocie a la paz, la suerte, el amor, la felicidad…

A la izquierda ejemplar de muérdago en un pinar (Huesca) y a la derecha los característicos frutos blancos. Autor: Rafa López Martín

Continuemos con el acebo…

El acebo (Ilex aquifolium) es un arbusto que puede llegar a ser árbol. Sus hojas duras y con los bordes muy punzantes, son de un color verde intenso. Los frutos son rojos y maduran en octubre-noviembre. Se distribuye, por una parte, de Europa y por el norte de África. En la península ibérica el acebal más extenso está en Soria, en la Reserva natural del acebal de Garagüeta. Normalmente, encontramos unos pocos ejemplares aislados y casi siempre en robledales.

Esta planta, tradicionalmente, ha sido usada en medicina, las infusiones de sus hojas tienen efectos laxantes y diuréticos. Los frutos son purgantes y vomitivos, evidentemente no son comestibles para los humanos. Otros animales como el urogallo hacen de este fruto un recurso hibernal. Especie protegida en la naturaleza y plantada en viveros para su uso navideño como adorno. La tradición navideña fue promocionada por la iglesia católica para sustituir al muérdago, asociado al paganismo. También trae suerte besarse bajo el acebo y la tradición celta le asociaba protección contra los malos espíritus.

A la izquierda arbusto en fase estival (Guipuzcoa) y a la derecha con sus característicos frutos rojos. Autor: Rafa López Martín

¡Recuerda: el muérdago bolitas blancas y el acebo bolitas rojas!

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